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66th IFLA Council and General
Conference

Jerusalem, Israel, 13-18 August

 
 


Code Number: 070-112-S
Division Number: I
Professional Group: Library and Research Services for Parliaments
Joint Meeting with: -
Meeting Number: 112
Simultaneous Interpretation: No

Relaciones y cooperación entre las bibliotecas legislativas en la Comunidad Europea

Wojciech Kulisiewicz

&

Barbara Karamac

La Biblioteca Sejm
Warsaw, Poland

Resumen:

Esta ponencia discute las formas más comunes de cooperación internacional entre las bibliotecas legislativas desde la perspectiva de las bibliotecas legislativas de Europa del Este. Se centra en el intercambio de experiencias y en el lugar que ocupan actualmente estas bibliotecas en las comunidades europeas y mundiales extendidas, como las representan el Centro Europeo para la Investigación y Documentación Parlamentaria (ECPRD) y la Sección de la IFLA de Servicios Bibliotecarios y de Investigación para Parlamentos. Los temas tratados incluyen desde el intercambio tradicional de material bibliotecario impreso hasta las posibles formas de futura cooperación; estas últimas aparecen ilustradas por una descripción del proyecto ELVIL 2000.

Paper

1. Introducción

La cooperación entre bibliotecas parlamentarias, aparte del más tradicional intercambio de documentos, invariablemente saca a la luz el tema de las reuniones y conferencias, las visitas profesionales, los intercambios de personal y las asociaciones. Éstas normalmente conllevan proyectos conjuntos que requieren una contribución específica por parte de las bibliotecas que cooperan; mientras que otras formas de cooperación son un valioso medio para intercambiar experiencias, información, consejos e ideas con el fin de establecer relaciones entre los participantes que tengan más o menos experiencia o que sean activos y beneficiarios. Gracias a Internet, los cambios que se han puesto a disposición de muchas instituciones e individuos han afectado a las formas de cooperación. Por ejemplo, el correo electrónico y los sitios web, las reuniones y las discusiones electrónicas vía servidores de listas han tenido una repercusión significativa en la comunicación entre bibliotecas, especialmente en lo que se refiere a la globalización y al "tiempo de respuesta" más rápido que nunca, sin afectar a la esencia de los propios contactos. No obstante, ninguna de estas formas de cooperación -llevadas a cabo de manera tradicional o electrónica- es característica de las bibliotecas parlamentarias o de las bibliotecas en general.

Aunque la perspectiva de esta ponencia es polaca en esencia, esperamos que no se tome simplemente como una descripción de una experiencia individual, sino más bien como una voz en el debate de las formas de cooperación internacional, de las que existe actualmente una gran demanda entre las bibliotecas legislativas.

2. Del depósito de material impreso al depósito de conocimientos electrónicos

El propio título de esta sección transmite en pocas palabras la historia de la cooperación entre las bibliotecas parlamentarias. La mayoría de las bibliotecas parlamentarias fundadas hace mucho tiempo empezaron creando una colección en la que se da prioridad a sus propias publicaciones parlamentarias y oficiales, tanto de cobertura nacional como local. Las colecciones de publicaciones parlamentarias y oficiales extranjeras bastante amplias, y las de publicaciones de organismos internacionales tenían igual importancia, particularmente si su producción (convenciones, tratados, etc.) tenía una repercusión sobre la legislación nacional. La lógica era que el proceso legislativo y el servicio de investigación parlamentaria que la apoyaban requerían conocimientos sobre las etapas del procedimiento legislativo y el acceso a la legislación de los países socios, vecinos o más influyentes. Antes de producirse el rápido crecimiento de las publicaciones electrónicas durante los últimos años, prácticamente no existía otra forma de satisfacer las necesidades potenciales de los usuarios que la de recopilar listados completos de títulos de interés. Aunque satisfacer las necesidades de algunos de nuestros usuarios requeriría una colección tan grande como la de la Biblioteca del Congreso, nuestras bibliotecas, orientadas a las colecciones y en gran medida autosuficientes, también estaban orientadas a los usuarios porque el mantenimiento de esas colecciones estaba directamente relacionado con las verdaderas necesidades de los usuarios. Las bibliotecas "orientadas a colecciones" y "orientadas a los usuarios" no son necesariamente conceptos separados, y unas no tienen por qué ser una alternativa de las otras (como se indica a menudo en la literatura profesional).

Como un ejemplo, la biblioteca parlamentaria polaca, creada en 1919, recopiló una importante colección de publicaciones parlamentarias y oficiales extranjeras, principalmente mediante un intercambio de material impreso entre bibliotecas, basado en las convenciones internacionales de 1886 y 1958.

Actualmente, la colección de publicaciones parlamentarias y oficiales extranjeras y polacas tiene más de 60.000 volúmenes, y más de 16.000 volúmenes de publicaciones de organismos internacionales (en primer lugar, todos los documentos de las Naciones Unidas recopilados por la Biblioteca como biblioteca depositaria de los documentos de las Naciones Unidas). Estas colecciones juntas forman un 25% de la colección total de la propia biblioteca parlamentaria, que también consiste en abundantes fondos de libros polacos y extranjeros y publicaciones por entregas de áreas como el derecho, la economía, la historia y los campos relacionados. La Biblioteca está actualmente intercambiando publicaciones parlamentarias y oficiales con unos 30 países, principalmente europeos, y en una guía de esa parte de nuestras colecciones, publicada en 1998, aparece un listado de 270 títulos actuales. Por otra parte, se distribuyen material parlamentario y publicaciones oficiales polacas actuales a 65 bibliotecas diferentes con las que cooperamos en estos países, y en la mayoría de los casos se trata de bibliotecas parlamentarias.

Simultáneamente, desde mediados del decenio de 1990, la Biblioteca ha recopilado publicaciones disponibles en CD-ROM, principalmente colecciones de legislación, por ejemplo, francesa, española, alemana e italiana, y también colecciones de documentos de organismos como la Unión Europea o las Naciones Unidas. También utiliza bases de datos parlamentarias extranjeras (y de organismos internacionales) disponibles en Internet. Además, la Biblioteca Sejm ofrece actualmente acceso a sus ocho bases de datos con enlaces a bases de datos de textos completos de ambas cámaras del Parlamento Polaco, que se mantienen fuera de la Biblioteca (http://bs.sejm.gov.pl:4001/ALEPH/).

Debido a que los recursos electrónicos se están convirtiendo cada vez más en la base no sólo de los servicios de referencia bibliográfica, sino también de documentos primarios fuente o textos originales, surge la cuestión de si tiene sentido o no el continuar recopilando publicaciones impresas en papel, y de cuál es el futuro de la colección desarrollada hasta el presente. Somos bastante prudentes. A finales de 1999, al revisar la declaración de la política de nuestra colección escrita, decidimos no interrumpir las adquisiciones y el almacenamiento de revistas especializadas actuales sobre leyes de estados individuales (que recibimos como material gratuito de intercambio), y de forma simultánea adquirir -debido a su valor de búsqueda- colecciones de leyes en CD (cuya suscripción supone normalmente un gasto directo del presupuesto de la Biblioteca). No tomamos decisiones radicales con respecto a la colección, de dilatada creación y única en el ámbito nacional, de publicaciones parlamentarias y oficiales extranjeras. No obstante, la escasez de espacio nos obligará un día a plantearnos esta tarea.

La tendencia parece obvia: se pasa de la biblioteca legislativa orientada a las colecciones, a la biblioteca legislativa virtual. Hasta el presente, muchas bibliotecas, incluidas las de la mayoría de los países de Europa Central y del Este, han atravesado un período de transición, marcado por la voluntad de ponerse al día rápidamente con las bibliotecas modernas y avanzadas desde el punto de vista tecnológico, aunque las dudas, las viejas costumbres y los insuficientes recursos de material pueden obstaculizar este proceso.

¿Quién llevará finalmente la razón: aquellos que defienden la abolición de las bibliotecas reales (que necesitan un lugar físico), o aquellos que abogan por continuar adquiriendo material impreso y según los cuales los medios de comunicación electrónicos no sustituirían por completo a los documentos impresos? Creo que en las bibliotecas parlamentarias -con la creciente demanda de servicios bibliotecarios por parte de los parlamentarios- las funciones bibliotecarias tradicionales continuarán desempeñando un papel pero, incluyendo también los formatos electrónicos. Es necesario señalar que nuestras bibliotecas ya están cambiando a servicios de transferencia de información.

3. Las bibliotecas legislativas de Europa del Este y la comunidad internacional

Cuando se considera la actual situación de la Europa del Este, se debe destacar la importancia de las distintas formas de ayuda que, a raíz de los acontecimientos de 1989 en Europa Central y del Este y del proceso resultante de democratización de los antiguos países comunistas, fueron otorgadas por la comunidad parlamentaria internacional a los parlamentos y las bibliotecas parlamentarias en esta parte de Europa. La ayuda más amplia en cuanto a cobertura geográfica, duración, variedad de formas y los fondos invertidos fue sin duda la otorgada por el Servicio de Investigación del Congreso (CRS) bajo los auspicios de un Grupo de Trabajo Especial del Congreso de EE.UU. sobre el Desarrollo de las Instituciones Parlamentarias en Europa del Este (comúnmente conocida como "Frost Task Force"). Los parlamentos de los estados democráticos occidentales -el Reino Unido, Canadá o los países escandinavos con relación a los estados bálticos, por nombrar sólo algunos- participaron en este apoyo: organizaron seminarios, visitas profesionales y cursos de capacitación, donaron el material bibliotecario de consulta más esencial y facilitaron la suscripción a revistas, incluyendo las primeras bases de datos en CD-ROM en nuestras colecciones. A través de esta ayuda, otorgada en un momento de cambios revolucionarios en el entorno de la tecnología de la información, se iniciaron nuevos servicios bibliotecarios y de investigación en los parlamentos democráticos recién establecidos (por ejemplo, en Letonia, Lituania y Estonia), y varias bibliotecas creadas hace mucho tiempo también habían cambiado por completo su imagen y formas de funcionamiento (la República Checa, Hungría y Polonia).

La ayuda orientada a las necesidades bien identificadas de los parlamentos individuales -cuyos efectos mensurables aparecen ilustrados y resumidos mejor en un libro publicado bajo los auspicios de esta Sección particular de la IFLA1- ha tenido también una fuerte dimensión internacional. Gracias a los Institutos Parlamentarios (organizados por el CRS en sus oficinas), y a los muchos talleres y seminarios para bibliotecarios parlamentarios proporcionados por el CRS, por la Cámara de los Comunes Británica, y también por el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa en la primera mitad del decenio de 1990, (celebrados por toda Europa, y también en algunos países interesados, como Hungría y la República Checa), los nuevos bibliotecarios parlamentarios llegaron a conocerse unos a otros y consiguieron con éxito entablar relaciones profesionales y amistosas.

Además, los que tenían más experiencia de entre nosotros no sólo recibieron sino que también proporcionaron ayuda. Por ejemplo, el Parlamento Polaco ofreció períodos de prácticas en los servicios de información e investigación de su biblioteca a colegas de Albania y Lituania. Se celebró un taller en Polonia en 1995 sobre servicios de investigación parlamentaria en la región. Nuestros empleados también fueron invitados como conferenciantes y oradores para intercambiar su experiencia en seminarios y talleres, por ejemplo con los Estados bálticos y recientemente con Georgia. Últimamente hemos participado en el proyecto "Democracia y desarrollo" del Centro ucraniano, traduciendo y publicando textos seleccionados de derecho polaco actual, que constituyen una base para nuestras reformas económicas y sociales, y proporcionando asesoría especializada sobre las cuestiones tratadas. El propósito de esto es ofrecer a los legisladores ucranianos un modelo y una posible fuente de inspiración.

Los primeros contactos con los colegas occidentales fomentaron y crearon un potente ímpetu para incorporarnos a las comunidades internacionales -europeas y mundiales-, en primer lugar al ECPRD y a la Sección de Bibliotecas Parlamentarias de la IFLA.

El ECPRD hasta finales del decenio de 1980 fue una organización típica de la entonces divida Europa: sus miembros eran parlamentos nacionales de Europa Occidental representados en el Parlamento Europeo y en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Después de 1989, el Consejo de Europa se hizo muy accesible a las nuevas democracias de Europa Central y del Este, permitiendo a los parlamentos (pero no a las bibliotecas) de esos países hacerse miembros del ECPRD. Aproximadamente en ese momento, el concepto original de grupos de trabajo permanentes, establecido para cubrir áreas de temas específicos: tratamiento de datos, bibliotecas, terminología y tesauros, se cambió y fue sustituido por seminarios sobre temas de interés común para los parlamentos. La primera reunión del grupo de trabajo de bibliotecas del ECPRD celebrada por un representante de esta parte de Europa, y la última antes de la disolución del grupo, fue organizada por nuestra Biblioteca y tuvo lugar en Varsovia en el otoño de 1993.

La parte más valiosa de la actividad del Centro para las bibliotecas parlamentarias y las bases de datos parlamentarias ha sido el apoyo y la promoción del tesauro multilingüe Eurovoc, creado por el Parlamento Europeo. Por separado, y algunas veces con el apoyo económico del Parlamento Europeo, se produjo un número de traducciones locales (es decir, no oficiales) del tesauro en los parlamentos individuales, en albano, croata, checo, lituano, polaco, rumano, ruso y esloveno; y se han programado muchas otras nuevas. En varios seminarios muy concurridos del ECPRD, financiados en cooperación con el Parlamento Europeo, se discutieron varios aspectos de la traducción, implementación y uso de Eurovoc. Dos de estos seminarios se celebraron en Praga en 19952 y en Varsovia en 1996,3 y el último tuvo lugar en Madrid en 1999. Según los últimos datos, el tesauro se utiliza en 15 cámaras de parlamentos en Europa, y siete más planean adoptar Eurovoc en el futuro próximo. Curiosamente, éstos son en su mayoría parlamentos de Europa Central y del Este; lo que muestra el papel integrador de Eurovoc como lenguaje común de acceso a las bases de datos parlamentarias europeas, tanto en el ámbito nacional como en el del Parlamento Europeo. De hecho, se puede comprender que los parlamentos occidentales creados hace mucho tiempo han mostrado menos entusiasmo hacia la adopción de Eurovoc porque esto conlleva la costosa decisión de abandonar el lenguaje de indización ya utilizado o utilizar tanto el antiguo como el nuevo.

Un proceso de expansión a escala mucho mayor afectó a la IFLA, que pasó de ser una pequeña organización "tipo club", que agrupaba principalmente a bibliotecas europeas y celebraba la mayoría de sus conferencias anuales en ciudades europeas, a ser una asociación mundial muy grande. El proceso se reflejó en las secciones individuales, incluida la sección parlamentaria de la IFLA.

Deben destacarse los esfuerzos de la Sección para integrar a los bibliotecarios parlamentarios de Europa del Este en la comunidad mundial, y en particular la inmediata reacción al desafío de los cambios en Europa del Este. Ya en agosto de 1990, en la Conferencia General de la IFLA en Estocolmo4, la Sección entabló el debate de la función de las bibliotecas parlamentarias occidentales en el proceso de reforma constitucional en Europa del Este. Posteriormente, la Sección definió y coordinó la ayuda y la cooperación. Se celebraron dos reuniones especiales en 1991 en conjunción con la Conferencia de la IFLA de Moscú, en las que, después de una revisión de las bibliotecas parlamentarias de Europa del Este, se presentaron los requisitos y las posibles formas de ayuda por parte de los parlamentos occidentales, junto con una resolución en la que se pedía a la Unión Interparlamentaria que actuase como coordinadora de los proyectos de ayuda.5 Las Directrices para bibliotecas legislativas de la Sección,6 publicadas aproximadamente en la misma época, se convirtieron en una valiosísima fuente de conocimiento profesional e ideas para todos los que estábamos participando en el establecimiento de los nuevos servicios de información para legisladores.

Después de 1990, el número de miembros de países de Europa del Este aumentó de forma considerable, aunque para algunos no fue el primer contacto con el foro mundial de bibliotecarios parlamentarios. Por el momento -con la excepción de las ya mencionadas contribuciones a la publicación sobre bibliotecas y servicios de investigación parlamentarios en Europa Central y del Este- la mayoría de nosotros estudiamos y observamos la situación detenidamente. La participación en las conferencias anuales de la Sección y en otras reuniones dentro de la Conferencia principal de la IFLA, y en las Conferencias de bibliotecarios parlamentarios, ayuda a mantener nuestras relaciones y posible cooperación con las bibliotecas parlamentarias en todo el mundo.

El ser miembro de la IFLA y el ECPRD nos devuelve una sensación de pertenencia a una Europa no dividida y al mundo. La necesidad de preservar esta sensación nos causa cierta reserva a medida que nos acercamos a uno de los objetivos de esta Sección de la IFLA para "fomentar la organización de conferencias regionales y otras formas de contacto regular entre los servicios de información parlamentaria que funcionan en regiones particulares del mundo".

En su ponencia sobre un tema similar, nuestro actual Presidente, Richard Paré, previó la siguiente tendencia, conectada a restricciones presupuestarias en muchos países: "... las bibliotecas parlamentarias y legislativas se verán inclinadas a racionalizar sus servicios estableciendo más asociaciones con otras bibliotecas no parlamentarias (bibliotecas nacionales, universitarias y especiales) en su zona, especialmente en el desarrollo de colecciones y el intercambio de recursos".7

Para ilustrar esta tendencia, permítanme presentar el proyecto ELVIL 2000 (la Biblioteca Legislativa Virtual Europea) implementado por toda Europa, con participantes de diferentes tipos de instituciones, financiado por fuentes externas, que utiliza el trabajo de los servicios parlamentarios y está orientado hacia los objetivos correspondientes a la misión de los servicios parlamentarios: asegurar un funcionamiento eficaz de una legislatura democrática y hacer que los ciudadanos puedan acceder fácilmente a los resultados de este trabajo. Es también un ejemplo de un "sistema de información cooperativo", de cuyo pequeño número se lamentaba hace unos años John Brudenall del Parlamento Australiano.8

4. Proyecto ELVIL 2000

Se ha proporcionado a nuestra Biblioteca cierta esencia del futuro al participar en el proyecto ELVIL 2000, financiado por la Comisión Europea, DG XIII bajo el Programa Telemática, Sección Bibliotecas, como un seguimiento del proyecto ELVIL terminado en 1999 (www.elvil.sub.su.se).

Los participantes en el proyecto coordinado por la Universidad de Estocolmo son universidades, varios tipos de bibliotecas, editoriales y parlamentos de Suecia, el Reino Unido, España (Cataluña), y también -como nuevos participantes del proyecto ELVIL 2000- las bibliotecas parlamentarias polaca y checa y la Biblioteca del Parlamento Europeo.

El objetivo principal del proyecto es crear y poner en funcionamiento un portal académico para la política y el derecho europeos. Su idea nació de la convicción y de la necesidad que se vio de que para poder lograr una ciudadanía activa en la futura Unión Europea, es esencial que los ciudadanos y los medios de comunicación de masas tengan acceso a los procedimientos jurídicos y políticos europeos y los comprendan. Una forma de apoyar este proceso de democratización es hacer disponibles en Internet los recursos de información sobre derecho y políticas, y desarrollar herramientas de fácil acceso para la búsqueda, la selección y la presentación de estos recursos.

En resumen, el componente más esencial de ELVIL 2000 es la Biblioteca Virtual, en la que se puede buscar en las bases de datos parlamentarias nacionales y en la del Parlamento Europeo utilizando la misma interfaz de usuario basada en WWW. Un tesauro multilingüe en el que se utiliza Eurovoc como lenguaje de intercambio, soporta búsquedas en varios idiomas. La Biblioteca Virtual también ofrece un índice WWW de calidad controlada de las políticas y el derecho europeos que consiste en registros con un enlace URL a la fuente original, que puede buscarse por país o por organismo y que llegará a cubrir toda Europa.

La Biblioteca Virtual proporciona actualmente acceso a Rixlex, la base de datos parlamentaria sueca, Polis, la del Parlamento Británico, y Epoque, del Parlamento Europeo. Dentro del proyecto ELVIL 2000, se producirán pasarelas de software (protocolo ANSI Z39.50) a las bases de datos parlamentarias de la República Checa y de Polonia. El paquete de soporte de software facilitará y agilizará la inclusión de un gran número de bases de datos parlamentarias en el futuro, reduciendo al mismo tiempo los costes.

Los otros componentes de ELVIL son el Centro de aprendizaje y el Centro Cívico. El primero incluye la Enciclopedia ELVIL que contiene conferencias sobre política y derecho europeos. De momento se dispone de artículos sobre la estructura política y jurídica del Reino Unido, Suecia, España, y la UE, y pronto se agregarán conferencias sobre Polonia y la República Checa, tanto en los idiomas nacionales como en inglés. Cubren un número de áreas temáticas, como: los principios constitucionales, la sociedad civil y los sistemas de representación, los organismos jurídicos y políticos clave, los procesos de legislación, gobernabilidad y adjudicación. El Centro Cívico ofrece la posibilidad de contactar a su representante político y seguir el debate sobre temas de plena actualidad en los medios de comunicación.

ELVIL es un proyecto bibliotecario, pero las bibliotecas participan en él desempeñando una nueva función: son participantes activos en el proceso de democratización en Europa, y no sólo intermediarios tradicionales entre los parlamentos, las universidades, las editoriales y el ciudadano de a pie.

Referencias

1Bibliotecas y servicios de investigación parlamentarios en Europa Central y del Este: la creación de legislaturas más eficaces / ed. por William H. Robinson y Raymond Gastelum - Munich: Saur; 1998 (IFLA Publications; 87) 2Seminario de Eurovoc , 1995, Praga, 27 y 28 de junio de 1995 - Praga: Cancillería de la Cámara de Diputados. Biblioteca Parlamentaria, 1995. 3El Seminario "Eurovoc en el entorno informático", Varsovia, 28 y 29 de octubre de 1996 - Varsovia: Sejm Publishing Office, 1998. 4El desafío del cambio en Europa del Este para las bibliotecas parlamentarias del oeste /Ernst Kohl // IFLA Journal.- Vol. 17 (1991), n°. 2, pp. 128-134. 5Las bibliotecas parlamentarias soviéticas y europeas del este en los albores de la era poscomunista: actas de las reuniones de la Sección de Bibliotecas Parlamentarias en Helsinki y Moscú en agosto de 1991 / ed. e introducido por Ernst Kohl. -Bohn: Deustcher Bundestag, 1991. 6Directrices para bibliotecas legislativas / ed. por Dermot Englefield. -Munich: Saur, 1993 (IFLA Publications; 64). 7Futura cooperación regional y global en medio de la evolución de las bibliotecas parlamentarias / M. Richard Paré. - 62ª. Conferencia de la IFLA, Beijing, China, 1996. 8Llevar la biblioteca electrónica a las oportunidades y los desafíos del Parlamento / John Brudenall. - 62ª. Conferencia de la IFLA, Beijing, China, 1996.

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Latest Revision: May 23, 2000 Copyright © 1995-2000
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